Tras décadas de caminar en solitario, muchos clubes de fútbol femenino están disfrutando los beneficios de trabajar en equipo con escuadras masculinas.
“Podría decirse que los clubes han tomado el camino más fácil subiéndose al carro ahora que las mujeres están jugando bien y con éxito. Pero aunque sea así, el resultado suele ser bueno para el fútbol femenino”. Tatjana Haenni, Jefa de Competiciones Femeninas de la FIFA
Hace sólo un par de décadas lo más frecuente eran los matrimonios “inconvenientes”, ya que aquellos que dirigían el fútbol apenas prestaban atención al fútbol femenino y pocos clubes se tomaban en serio su desarrollo. Los clubes que contaban con equipos femeninos muchas veces los abandonaban a su suerte, olvidándolos a la hora de la financiación e incluso impidiéndoles jugar sus partidos previstos si cualquier equipo masculinos necesitaba las canchas designadas. En aquellos días en los que el estatus de aficionadas se había grabado en la conciencia colectiva, muchas mujeres aceptaban la situación resignadas, pero el cambio llegó sobre todo de la escena internacional, donde los mejores equipos femeninos se volvían cada vez más profesionales, aunque esto no se reflejara todavía en lo que ganaban. El primer avance decisivo llegó con la Copa Mundial Femenina de la FIFA 1999 en EE UU, ya que el fútbol se volvió socialmente aceptable, las jóvenes tuvieron mayor acceso al deporte y el número de jugadoras creció, con la consecuente mejora de la calidad del fútbol femenino. No obstante, muchos clubes profesionales no fueron conscientes del progreso del fútbol femenino internacional ni de la creciente frustración de los equipos que querían ver un crecimiento similar en el ámbito de clubes. Este conflicto de ambiciones fue lo que llevó a los interesados en el fútbol femenino a cortar lazos e independizarse del fútbol de clubes masculino. “Muchos clubes femeninos se enfrentaban a serias dudas sobre la mejor manera de manejar sus operaciones”, recuerda Tatjana Haenni, Jefa de Competiciones Femeninas de la FIFA, quien también vivió este problema en carne propia como antigua jugadora de uno de los clubes femeninos más importantes de Suiza. “Yo había dejado de jugar en el equipo que pertenecía a un club amateur masculino, el SV Seebach (un suburbio de Zúrich), pero todavía participaba en la organización”, relató Haenni a FIFA World.” No se trataba tanto de una mala colaboración con el equipo masculino, sino de las diferentes necesidades, porque ellos eran estrictamente a cionados, y nosotras queríamos desarrollarnos, así que decidimos seguir nuestro camino y desarrollar nuestro propio modelo comercial y de patrocinio a fin de colocarnos en una mejor posición para negociar con las autoridades y también atraer a más jóvenes al fútbol femenino”. Nuevos obstáculos Lamentablemente, muchos clubes se encontraron con nuevos obstáculos una vez libres de los anteriores. “Sin contar siquiera con el escaso apoyo de un equipo masculino, muchos de los equipos de clubes femeninos recién creados se dieron cuenta de que su gestión no era lo bastante profesional como para ser autónomos y tener éxito”, explica Haenni. “Para lograr eso actualmente, en vista del desarrollo alcanzado en el fútbol femenino, se requiere un amplio presupuesto, además de recursos técnicos y humanos, y para los primeros clubes era sencillamente imposible obtener esos recursos de la noche a la mañana”, concluye. Algunos clubes femeninos que no estaban dispuestos a ser los últimos de la fila en un esquema dominado por los hombres tuvieron la suerte de encontrar otra opción: integrarse en clubes de fútbol profesional masculino que se tomaban en serio el fútbol femenino. Gracias al cambio en la percepción del fútbol de mujeres que en muchos países se percibe como un deporte moderno que mejora constantemente su nivel en todos los aspectos, los administradores han comenzado a recibir invitaciones del ámbito profesional, antes reservado a los hombres, y en muchas mejores condiciones. Pero los clubes no actúan solamente movidos por la caballerosidad. En muchos países y asociaciones, ya no es socialmente aceptable promover únicamente el fútbol masculino. Por otro lado, los clubes se están dando cuenta de que hay un mercado para el fútbol femenino y por lo tanto posibilidades de ganancias. “Claro que podría decirse que los clubes han tomado el camino más fácil subiéndose al carro ahora que las mujeres están jugando bien y con éxito”, dice Haenni, “Pero aunque sea así, el resultado suele ser bueno para el fútbol femenino”. El club de Haenni es uno de los clubes que comenzó con buen pie como independiente. El FFC (Club de Fútbol Femenino) Zurich Seebach alcanzó la final de la Copa Suiza en su debut en la temporada 2006 y un año después se llevó el trofeo, para luego ganar el campeonato de la liga en 2008. Irónicamente, fue el éxito como equipo independiente lo que atrajo la atención de los clubes masculinos más importantes del país. “De pronto recibimos ofrecimientos para unirnos al FC Zurich y al Grasshoppers Zurich, y nos decidimos por el FC Zurich. Estábamos orgullosas de lo que habíamos logrado por nuestra cuenta, pero también de habernos ganado el interés de los equipos masculinos. En cuanto nos reunimos con el FC Zurich nos dimos cuenta de que las cosas serían muy diferentes comparadas con el SV Seebach. El presidente del FC Zurich vio que teníamos un producto bueno y firme y estuvo dispuesto a apoyarnos profesionalmente, además de entender “Podría decirse que los clubes han tomado el camino más fácil subiéndose al carro ahora que las mujeres están jugando bien y con éxito. Pero aunque sea así, el resultado suele ser bueno para el fútbol femenino”. Tatjana Haenni, Jefa de Competiciones Femeninas de la FIFA 40 FIFA WORLD I ABRIL DE 2010 nuestras preocupaciones. La integración fue muy bien, algo que se vio reflejado en la cancha en la última temporada, cuando el equipo masculino y el femenino ganaron sus respectivas ligas”. Éxito conjunto La historia se repite en toda Europa. Aunque aún hay muchos clubes femeninos independientes, muchos se han beneficiado de la unión de equipos masculinos y femeninos en una misma organización. Arsenal (Inglaterra), AZ Alkmaar (Países Bajos) y Olympique de Lyon (Francia) son sólo los tres ejemplos más salientes de clubes “mixtos” que ganaron sus respectivas ligas nacionales la última temporada. “Siempre he creído en la integración con los clubes masculinos de ser posible” comentó a FIFA World Kelly Simmons, miembro de la Comisión del Fútbol Femenino de la FIFA y Jefa del Deporte Nacional en la AF de Inglaterra. “El problema con los clubes independientes es que muchas veces se pierden de una gran experiencia. Las mujeres del Arsenal son un excelente ejemplo en Inglaterra de un exitoso programa de integración entre hombres y mujeres, donde incluso los entrenadores de ambos equipos intercambian ideas. Actualmente estamos trabajando en la nueva Súper Liga femenina en Inglaterra, que se concentrará en clubes que trabajen ya sea con el sector profesional del fútbol o con las universidades, pero siempre hemos dicho que el apoyo de los clubes masculinos será la clave”. Claro que algunos clubes pueden preferir ser independientes si tienen los medios para ello. En Alemania, dos excelentes ejemplos de clubes que han favorecido independientemente son el FCR 2001 Duisburg, actual campeón de la Copa Femenina de la UEFA, y el 1. FFC Frankfurt, siete veces campeón de la Bundesliga femenina. En otros lugares, muchas ligas y clubes operan separados de sus contrapartes masculinas porque la opción de hacerlo juntos no se ha propuesto o todavía no es practicable. “En EE UU, el fútbol profesional de hombres comparte ciertas cosas con el de mujeres, como estadios u oficinas, pero en lo que respecta a la propiedad de clubes, los clubes de la WPS pertenecen o son gestionados por un grupo particular de individuos (del fútbol masculino),” explica Kathy Carter, miembro de la Comisión del Fútbol Femenino de la FIFA y vicepresidenta ejecutiva de Soccer United Marketing, la subsidiaria comercial de la MLS.
Las mujeres del FC Zurich celebraron una doble liga con el equipo masculino en su primera temporada como club “mixto”.
“Este es un modelo que también ha empleado la NBA con su contraparte femenina. A escala nacional, la AF de EE UU ha invertido considerables recursos en el programa nacional femenino, pero en el ámbito de clubes, no creo que actualmente haya un único modelo correcto. El enfoque clave de cualquier club de fútbol femenino debería ser desarrollar el mejor modelo deportivo y comercial posible, pero ese modelo será diferente según el mercado y el país”. Sin embargo, muchos de los que han trabajado con ambos “sistemas” prefieren el sistema mixto. “Creo que es una gran ventaja ser parte de un club profesional, especialmente en Francia donde la mentalidad sigue siendo machista”, dice Camille Abily, internacional francesa y antigua centrocampista del Lyon –actualmente en préstamo del FC Gold Pride al Paris St Germain. “Es difícil como club femenino independiente buscar patrocinadores o comunicar; en cambio, en un club profesional uno se beneficia de su infraestructura, sus herramientas de comunicación, la imagen del club y su página web. Incluso podemos jugar en grandes estadios como el Gerland de Lyon o el Parc des Princes de París. Yo diría que esa es sin duda una ventaja”. Diferentes métodos ¿Y la mejor solución para desarrollar el fútbol femenino? “Está claro que no hay una solución igual para todos”, dice Haenni. “Cada país, región o club puede necesitar una solución diferente. Obligar a los grandes clubes a contar con equipos femeninos no necesariamente favorece el desarrollo del fútbol femenino, como tampoco un modelo de propiedad o gestión de un club en particular es por fuerza el criterio clave para el éxito o el fracaso. Promover el fútbol femenino requiere también un aumento de recursos económicos y humanos y la implementación de actividades mediáticas y mercadotécnicas específicas para el fútbol femenino, así como la motivación sistemática de jugadoras con talento y el nombramiento de más mujeres en diversos cargos, por nombrar algunos ejemplos”, concluye. Según Haenni, la primera pregunta que debe hacerse a un club o asociación de fútbol es si realmente quiere desarrollar el fútbol femenino. Si la respuesta es sí, hay muchas formas de lograrlo. “En muchos casos, el desarrollo del fútbol femenino existe sólo de la boca para fuera. Se dice que se está promoviendo el fútbol femenino y que tiene un lugar, pero sin las estructuras, recursos y tratamiento igualitario dentro de las organizaciones es sólo una promesa más”. Incluso cuando los equipos de hombres y los de mujeres trabajan en armonía, queda el desafío de despertar el interés de los medios y de las empresas. Por suerte estos sectores también han comenzado a prestar cada vez más atención al fútbol femenino. Sólo cuando se haya vencido este último obstáculo el fútbol de mujeres tendrá los medios para desarrollarse bien y crear estructuras y oportunidades similares a las que hace mucho tiene el fútbol profesional masculino.
FUENTE Y FOTOS : REVISTA FIFA WORLD (Abril 2010)
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