(FIFA.com) Miércoles 26 de marzo de 2014.-
Grabadoras en mano y con un catálogo de preguntas elaborado por ellas mismas, la capitana y la genial mediocampista del conjunto transalpino tenían como misión acribillar a preguntas a su técnico, Enrico Sbardella. Y tanto las jugadoras como el seleccionador se lo pasaron en grande con su nueva faceta. Las futbolistas se intercambiaban las cuestiones por debajo de la mesa para que su entrenador, de 39 años, no pudiese saber con antelación lo que le esperaba.
"¿Qué sientes al pensar que pronto dejaremos de vernos?" preguntó la joven Boattin, de 16 años. "Me va a dar mucha pena. Es curioso, porque empezamos a trabajar juntos hace un par de años [ndlr: en enero de 2012] y, precisamente ahora que estáis mejorando cada vez más, se separan nuestros caminos".
La respuesta de Sbardella evidencia el alto grado de unión y complicidad que existe entre el seleccionador y las jugadoras. Se entienden a las mil maravillas tanto dentro como fuera de la cancha, por eso las bromas y las risas se sucedieron sin pausa durante la entrevista. A la pregunta de cuáles son los puntos fuertes de su entramado, el técnico señaló el magnífico balance entre la defensa y el ataque. Sin embargo, consideró aún más importante el hecho de que "el equipo no sólo tiene consistencia a nivel futbolístico, sino que además congenia estupendamente".
Con su primera participación en una Copa Mundial Femenina Sub-17, Italia está viviendo un sueño, tal y como desveló el propio Sbardella. Pero sus chicas querían saber también qué ha aprendido él en este torneo. "He aprendido que se pueden conseguir muchas cosas a base de amor, dedicación y grandes dosis de esfuerzo. La recompensa siempre llega cuando uno trabaja bien. Y, sobre todo, esta experiencia me ha servido para darme cuenta lo mal entrenador que era hace 10 años".
¿Habrá vida más allá de cuartos de final?
Después de sus triunfos sobre Zambia y la anfitriona Costa Rica, así como una derrota ante Venezuela, campeona de grupo, las italianas pasaron a cuartos de final como segundas. En esa ronda se medirán al potente combinado de Ghana, y por eso Simonetti quería saber qué espera su técnico de este duelo. "Eso me lo tendréis que decir vosotras, que sois las que jugáis (ríe). Afronto el choque con tranquilidad y satisfacción. Hemos sido una de las selecciones que han mostrado un fútbol más vistoso, por eso soy optimista de cara a esta eliminatoria. Disfrutaré del partido desde mi posición en el banquillo".
Una vez que las jugadoras leyeron todas sus preguntas, el seleccionador quiso retomar el mando de la situación y tantear a sus futbolistas. Frotándose las manos y con una sonrisa pícara, le preguntó a su capitana qué es lo que había aprendido en su etapa con el combinado nacional. "Siento que he madurado mucho como persona y como jugadora. Además, he conocido a gente fantástica en el equipo", contestó Boattin, admiradora del estilo de juego de Giorgio Chiellini.
Por su parte, Simonetti no dudó a la hora de señalar quién es su ídolo: "¡Francesco Totti!", responde la romana. Además, la joven de 17 años contó a su entrenador que le gustaría jugar fuera de su país para poder hacer de su pasión su trabajo.
Finalmente, Simonetti asumió de nuevo el papel de entrevistadora para averiguar hasta dónde estaría dispuesto a llegar su técnico en caso de proclamarse campeonas del mundo. "Lo cierto es que ni siquiera me lo he planteado. Todavía nos queda mucho camino por recorrer hasta la final. De momento, nos centraremos en el compromiso de cuartos. Eso sí, si lo conseguimos, tendremos que hacer algo divertido". Enseguida surgió la propuesta de que se tintase el pelo de rubio, una ocurrencia que aumentó el volumen de las carcajadas.
Italia derrocha buen humor y afronta con optimismo su próximo partido. En este sentido, Boattin se mostró más ambiciosa que su seleccionador: "Ya que estamos aquí, nuestro deseo es llegar a la final y ganarla".
Informacion. www. fifa.com
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